Repetición
Quiero salir de esta casa. Avanzo a la puerta de salida. Escucho disparos en el segundo piso, no sé qué está pasando, no sé dónde está mi familia, no logro verla, ni sé si están en el segundo piso, dudo, no sé qué hacer. Grito y vuelvo a escuchar disparos. Subo la escalera, siento mucho miedo, me cuesta mucho hacerlo. Al subir noto que llevo puestos mis bototos de siempre, mis jeans favoritos, pero no entiendo por qué llevo puesto un polerón morado, me pregunto de dónde salió.
Estoy en una cama de hospital, tengo mi cabeza totalmente tapada. Algunos médicos hablan a mi alrededor. No sé qué me pasó. No sé cómo llegué acá. Me van a quitar las vendas y por fin logro ver mi cara. Tengo un hoyo en el ojo derecho y otro en el lugar de la nariz, estoy totalmente desfigurado. Siento que todo da vueltas y que caigo, lo que veo se aleja cada vez más como si fuera cayendo por un hoyo.
Despierto sobresaltado con el corazón a mil pulsaciones por minuto. Qué pesadilla más terrible, la sentí muy real. No se la cuento a nadie, siempre escuché que si uno cuenta los sueños antes del mediodía, estos se pueden hacer realidad, así que este, por ningún motivo lo iba a contar. Ese día, por fin viajábamos a la playa, teníamos todo preparado para salir. Llegamos a una casa en medio del bosque, con una vista al mar muy bonita. Se podía ver cómo las olas rompían contra las rocas y se sentía la brisa del mar en la cara.
Al llegar a la casa, me sorprendí. La casa era muy parecida, por no decir igual a la de mi sueño. “Esto no puede ser cierto”, me dije. Mi mujer y mi hijo se bajaron del auto y fueron directo a abrir la casa. Yo me quedé un rato pensando en la coincidencia. Me bajé y confirmé que por dentro también era muy parecida, el mismo piso de madera vitrificada, algunos muros de piedra laja, los muebles hechos con una madera muy clara, adornados con cojines blancos. No era posible, ¿ya había estado ahí antes?, ¿cómo podría ser que en mi sueño reprodujera esa casa con tanta precisión y lo peor, ya estaba pensando en si pasaría lo del sueño?
Mi mujer y mi hijo estaban felices, bajando maletas y mil cosas que habían traído para disfrutar de estos días en la playa. Yo seguía dándole vueltas a la coincidencia, pensaba que tenía que evitar repetir el sueño y para eso mi única idea era evitar que se repitieran algunos detalles, quizás ahí estaba la solución, lo seguro es que no tengo ni tendré un polerón morado, así que la coincidencia no es exacta.
Salí a comprar un par de cosas que hacían falta para preparar la comida. El pueblo estaba a diez minutos. Compré lo que necesitábamos y volví a la casa. Al llegar estaba todo apagado. Me bajo del auto antes del portón de entrada para mirar qué había pasado. En la oscuridad logro ver que mi perro está tirado en el camino, lo llamo y no se mueve. Me acerco, veo que está muy herido y se está desangrando. Lo tomo para llevarlo cerca de la casa y es imposible, no logro mantenerlo en una pieza. Lo dejo a un lado del camino de entrada y me acerco a la casa.
La puerta está abierta. Entro, solo la luz de la cocina está prendida, no escucho nada. Grito el nombre de mi mujer y el de mi hijo y me responden desde el segundo piso entre llantos. Escucho cuatro disparos y luego silencio. No sé si salir o subir. Miro mi mano derecha y tengo una escopeta. Mi polerón azul ahora es morado, subo.
Me despierto sobresaltado.



