Se sugiere escuchar estas canciones para comprender mejor el sentido de
las escenas de violencia que están apunto de leer.
Carla Morrison, Disfruto:
https://youtu.be/jwP1HRmDVII?si=zys_AcYy0yRbkGEP y/o
Zoé, Labios Rotos: https://youtu.be/7h2ryr_uUEs?si=HYvML_7n81U7ERTb
Nuevamente ella poco a poco fue prefiriendo estar más conmigo y yo me
mantuve a disposición de lo que ella me dictara, sin pretender avanzar o
“formalizar” algo. Asumí que era lo que era, una especie de amistad con
ventaja, para mí ella era todo.
Llego el día en que lo que era posible que pasara, pasó. Estábamos solos
en mi pieza, los besos y las caricias tenián la escena al rojo vivo, las
cosas se desbordaron y tuvimos sexo, o como lo llamamos “jugar”. Este
evento hizo girar la relación, si bien poco a poco cada vez quería estar
más conmigo ahora el sexo o “jugar” se transformó en una obsesión.
La ubicación de mi pieza facilitaba las cosas, ya me había hecho de la
oficina de mi viejo. Esa pieza estaba fuera de la casa, algo apartada.
Jugar se volvió una locura, jugábamos en la mañana si ella se arrancaba
del colegio, jugábamos cuando ella volvía del colegio, jugábamos en la
noche, cuando ella daba la excusa de ir a ver a mi hermana. En un rincón
del living de su casa, bajo una sombra en la puerta de salida de su
casa, al lado del portón de entrada entre unos matorrales, cualquier
espacio que diera mínima intimidad era escena para jugar. Increíble las
contorsiones que se pueden llegar a hacer con el fin de jugar.
En el juego hay un detalle que he cuidado siempre, hacerle cariño
después de jugar, me divertía viendo qué tipo de cariño le ponía la piel
de gallina, así fui descubriendo las partes más sensibles, ella además
me orientaba de qué y como le gustaba, ella tendía a dormirse o
volvíamos a jugar.
El sexo abrió otras conversaciones, sobre todo de sus experiencias, lo
bueno, lo malo, lo que le había parecido notable, yo en esto no le conté
nada.
— ¿En serio?
— Sí, weon, ese gallo es muy bu…
— ¡Qué loco!, y ¿por qué terminaste, si es así?
— Es un weon….
— Pero te escucho recordarlo con cariño y te gustaba con él.
— Sí, pero, nada, yo la cagué, como no me pescaba tanto como yo quería
yo…
— Jajajaja, chucha qué heavy, obvio que no te va a pescar ahora.
Esas conversaciones me desequilibraban un poco. Hablar de los campeones
del sexo que había conocido, por una parte dejaban ver la confianza que
me tenía, pero por otra no podía dejar de pensar en que quizá yo no
daba el ancho. Ahora lo que pensaba en simple es que si me buscaba con
esas ganas, tan mal no podía estar. Yo la amaba y la iba a amar a
cualquier costo.
Evidentemente esto abrió el tema de que quedara embarazada, no sé cuántas
veces nos asustamos con el tema de que no le llegaba la regla. Un mes
después de un evento, no le llegó. Mis viejos salieron a la playa con
mis hermanos, yo me descolgué del paseo y estuvimos con ella en mi casa
el problema resuelto y cómo lo iba a hacer. Ese obviamente era un final.
No la busqué más y me acerqué a una amiga, la Maya. Tuve mucha suerte de
haberla conocido. Era una mujer genial, un poco mayor que yo, pero era
obvio que nos gustábamos. Ella me enseñó a cocinar algunas cosas, me
llevó a algunos restaurantes que conocía, tratábamos de juntarnos todos
los días. Así, para mí era mucho más fácil que la Janet y todo lo que
estaba viviendo, quedaran en segundo plano. Nos llevábamos muy bien con
la Maya. A ella no le conté nada de lo que estaba pasando, solo que
había terminado una relación.
La Janet volvió a buscarme, y a través de mi hermana supo de la Maya.
Increíble pero ella quería conocer a la Maya. Los celos de Janet eran
evidentes, evité por todos los medios que eso pasara, Maya nunca más fue
a mi casa. Increible la Janet tenía un amigo confidente que le iba a
pagar el aborto de mi hijo, en contra de lo que yo creía que era mejor,
pero yo, para ella no podía establecer una relación con otra persona.
Era evidente para mí que esto podía terminar siendo diferente. A los
pocos días me pidió que la acompañara a ver al doctor que iba a hacer el
aborto. La acompañé. Es raro pero el lugar al que fuimos era oscuro,
frío y provocaba miedo, no sé si por lo nerviosos que estábamos o por
que simplemente las cosas encuentran su lugar más apropiado.
La reunión con los doctores, una mujer y un hombre se me hizo
interminable, yo no podía creer que estábamos ahí, las miradas, las
palabras que usaban, no me daban ninguna confianza. Salimos.
— ¡Qué fuerte esta wea!
— Sí, terrible, no sé, pero la Vero se acaba de hacer un aborto con ellos
y todo ok, pero no sé.
Rompió en llanto y ella no podía parar, simplemente era imposible
consolarla.
— Tranqui Janet, podemos resolver esto.
— ¿Pero cómo, weon? Vamos a cagar.
— No amor, si vamos a salir de esta con nuestro hijo.
— Tengo miedo, weon, ¡abrázame please!
Así nos fuimos en la micro abrazados de vuelta a su casa. Paramos en una
plaza y nos sentamos.
— Janet, tengamos al niño. Yo me voy a poner las pilas y voy a estudiar,
me va a ir bien.
— Y yo ¿qué hago con dieciséis años y una guagua?. ¿Qué va a pasar
conmigo?
— Vas a terminar el colegio y luego vas a estudiar, nuestros viejos nos
van a apoyar. Obvio que vamos a pasar una vergüenza y nadie va a creer
en nosotros, pero qué diablos.
— No sé, Seba, no puedo hacer esto con mi hijo, es imposible para mí, lo
voy a tener, no importa a qué costo.
Esto marcó el inicio de la relación más importante de mi vida, Ahora
sentía una calma tensa, pero tenía la motivación de energía necesaria
para vencer lo que fuera.
Esa misma semana, el domingo a las ocho de la mañana estaba de vuelta en
la casa del tío Carlos para estudiar y preparar la prueba de selección a
la universidad y así me mantuve por un poco más de un año, dando una
señal de que sí podía hacerme cargo de la situación.
La relación con la Maya terminó abruptamente. Yo la quería seguir viendo
pero no me dejó, años más tarde supe que la Janet había conseguido su
número y dirección para hablar con ella. La amenazó para que dejara de
buscarme, no sé qué pensar, pero Janet y yo estábamos en veredas muy
distintas. Lo lindo es que estaba dispuesta a todo por estar conmigo,
las cosas se habían dado vuelta en algún sentido.
Escondimos el embarazo lo más que pudimos. Recién nos descubrieron
cuando ella tenía seis meses de embarazo. Cuando se supo yo me escondí,
el papá de Janet me quería matar, eso quería. Finalmente hablaron con
mis papás y arreglaron que nos teníamos que casar. Ahí aparecí, pero con
la protección de mis viejos.
Al mes nos estábamos casando, la ceremonia parecía más un velorio que un
matrimonio. Nadie creía que podíamos salir de esta, un par de tíos nos
regalaron algo pero fue lo mismo que nada, ahora uno de esos regalos
marcó otro fin. Quizás el fin más importante de mi vida.
Mi mamá ya tenía otra pareja y ellos pensaron que podían disponer de ese
regalo. Cuando me enteré de lo que habían hecho, les monté un drama
extremo, quizá se me pasó la mano, pero lo mínimo que esperaba yo era
el dinero a cambio del uso de ese regalo.
El conflicto que armé fue lo suficientemente extremo como para que mi
mamá me echara de la casa ese mismo día. Así que, ese día, me fui de su
casa y nunca más volví a vivir con ella. Al salir de ahí, fui directo a
ver a la Janet, pero con dirección a la casa de mis Grandpas, ahí podía
quedarme en la pieza de mi viejo, ellos estaban acostumbrados a vivir
conmigo y yo con ellos. Pasé mucho tiempo ahí criando perros, yo ya
tenía un rol en esa casa.
Lo extraño fue que el papá de Janet me ofreció quedarme en su casa,
oferta que acepté inmediatamente. ¿Qué mejor que estar con la Janet y la
Flo? Ya sabíamos que iba a ser una niña y la Janet le puso como nombre
Florencia, Florencia Smith Wells. Fue divertido, la Flo nos quedó más
gringa que mi papá.
La convivencia en la casa de los papás de la Janet fue mucho más simple
de lo que imaginé. Sin duda me ayudó mucho, la educación que me había
dado mi abuela alemana. Mis primeros años los pasé con ella, viví con
ella hasta los diez años- Ella se ocupaba de mí, me pagaba hasta el
colegio, la Deutsche Schule. Tener la disciplina de usar el baño y
dejarlo siempre limpio, saber lavar platos, barrer, levantarse y hacer
la cama inmediatamente, ordenar la ropa, arreglar hoyos en la ropa,
lavar la ropa, hasta a tejer con palillos me había enseñado, si
necesitaban un chaleco, no había problema en hacerlo.
Nadie en la casa de la abuela era inútil todos tenían un rol y un mínimo
que cumplir y yo sabía hacer bien todas esas cosas. Esa educación
siempre me ayudó, por ejemplo cuando compartía vacaciones con familias
de mis amigos, y esta vez también, vivir con un extraño es complejo pero
si aportas desde el inicio, te haces más llevadero. La Janet y su mamá
realmente no podían creer lo ordenado y útil que era. Así la vuelta
donde mi madre era imposible y su mamá, mi abuela, sin saberlo me ayudó
de alguna manera a llevar esto a cabo.
Mi madre se vengó, cortando cualquier apoyo económico, regalando los
cuadros de mi viejo y regalando a mi perra, antes de que yo pudiera
hacer algo. El papá de la Janet me quería ahí y con mi perro.
el fin de semana entero jugando, era obvio que podía pasar y pasó, ese
fin de semana hicimos a la Flo. Lo sabíamos pero aún así seguimos
adelante, ¿por qué?.
Está crisis nos transparentó.
— ¡Qué cagada!
— Pero mira, a mis viejos les pasó lo mismo y salieron adelante.
— Por eso poh, mira cómo están tus viejos, todos cagados, separándose,
la empresa de tu viejo quebró.
— Bueno, lo podemos hacer mejor, ¿no? o ¿ya estamos condenados?.
— ¿Y tú qué, weon?, ¿qué vas a estudiar?, ¿Qué vas a hacer de tu vida?,
¡¡¡¿mecánico weon?!!!
— ¡Para un poco!, ¿qué te pasa? si yo me propongo estudiar en la U, lo
voy a lograr, a parte ¿tú que?, ¿qué vai a hacer de tu vida?
— Al menos mi familia está bien parada, me van a ayudar.
— Ok, dejame hasta ahí no más, ¿sabís que? puedes irte un buen rato a la
mierda. Estamos en esto y yo creo que tenemos que seguir adelante, ve tú
que quieres hacer, estás actuando como una cobarde, conocíamos el
riesgo, no te hagas la weona.
— Yah, chao, eres patético, ¿con un hijo?, tú no salvai a nadie. Yo lo
voy a resolver, chao.
— ¿Qué vas a hacer?, ¡hablemos!
Así las cosas se iban aclarando, yo le gustaba pero creo que me
consideraba como de una clase social más baja, esa, era una de las
barreras con las que había lidiado. Ella se acercó a uno de sus
pretendientes, le contó lo que le pasaba. Él evidentemente le recomendó
abortar y además le ofreció pagar el aborto. Ella me explicó que tenía


