Por fin había pasado, estaba feliz, no podía creer que la había besado.
Al día siguiente era su cumpleaños y yo tenía preparado un regalo
genial. Mi Grandma tejía unos chalecos de hilo de seda súper lindos y
súper codiciados por las mujeres en ese tiempo, eran chalecos tipo
vestido que se asientan a la figura de la mujer y dejan entrever la
piel. Cada uno lo vendía muy caro, exigían harta habilidad y tiempo.
Para mí estaba todo resuelto, la noche anterior la había besado, justo
al día siguiente era su cumpleaños y tenía un regalo de lujo para ella.
¿Qué podía salir mal?
Llegué a su casa, estaban todos sus amigos, me recibió súper distante y
sin un beso en la boca, intenté hablar y no me daba espacio para nada,
no había duda de que me había pasado de rollos con ella. Se me hizo
imposible fingir lo mal que me hizo sentir y parar todos fue evidente,
lo único que quería era desaparecer de ahí.
— Oye, déjame mostrarte el regalo que te traje, ¡es genial!
— Yah, pero espérame un poco.
— Te va a gustar, estoy seguro.
— Ya, ok, donde lo dejaste.
— En tu pieza.
— ¿Yahh? veamos, ¿que es? ¿Qué me compraste?
— Ya vas a ver, mira.
— Pero weon, ¿qué onda? esta precioso.
— ¿Cierto?
— Pero Seba esto está mal, no puedo aceptar un regalo así, cuánto te
costó.
— Eso da igual ¿no?
— Osea no, no puedo, me siento comprometida.
— Y lo de ayer ¿qué onda?
— No sé, no quiero hablar, hagamos como que no pasó nada, ¿ya? Tengo quevolver, sorry. Y Seba, llévate el regalo, de verdad no me siento bien,
no lo puedo aceptar.
Agarre el regalo y me fui sin despedirme. Todo había girado en ciento
ochenta grados. Me fui directo donde la Grandma.
— ¿Y qué pasó con el regalo?
— No sé, no entiendo nada, no me lo acepto. Así que lo traje de vuelta.
— Que mal agradecida.
— No es eso, no creo, creo que yo no le gustó, debe ser eso.
— Bueno, ya va a aparecer otra, yo te he visto en la calle dándole besos
a las niñas del barrio, te conozco mosco.
— Pero es que, es ella la que me gusta.
— Entonces tienes que conquistarla, puede que necesite tiempo. You know
there’s nothing better than an English boy, haven’t told ya? you’d
better Chase her. It’s funny going chasing pretty girls! Isn’t?
— Es verdad, es divertido, no sé qué voy a hacer.
— Tu Grandpa, no sabes todo lo que se tuvo que esforzar para
conquistarme, jajajajajaja, poor boy. ¡Vamos! te va a resultar,
imposible que se resista a un niño como tú, estoy segura.
La buenas vibras que me dio la Grandma, me dieron algo de ánimo, me
alejé esperando a ver si ella me buscaba y pasamos un buen rato sin
hablar, me la topaba en la calle o con mi hermana, pero no había ánimo.
Hasta que nos topamos en un carrete.
— ¿Cómo estai Janet?
— Bien ¿y tú?
— Pasándola.
— ¿Conoces a los que organizaron este carrete?
— No, pero el Pelao sí.
— Buena, ¿quieres tomar algo?
— No, pero tengo un pito, querí fumar.
— Wena, ya.
— ¿Volviste con el Pelao?
— Así volver, no, Te eche de menos.
— ¿Si?
— Sorry lo tonta que fui pa mi cumple, me pasé.
— Si, fue mala onda. Pero está bien.
— ¿Todavía tienes el chaleco?
— jajajajajaja, qué ¿ahora lo quieres?
— Si seré weona ¿no? Estaba bacán.
— No, ya no lo tengo.
— Pensé que ahora me odiabas.
— Nunca pa tanto.
— Ósea ¿te puedo ir a ver?
— Obvio, yo también te echo de menos. Sería bacán volver a hablar,
reírnos, no sé.
— Cacho que mis viejos me van a pasar a buscar luego, me tienen cortita.
Te busco mañana, ¿ya?
— Dale.
Volvimos a juntarnos con la misma frecuencia de antes lo que sí ahora
aprovechábamos de besarnos cada vez que estábamos solos. Era evidente
que habían hartos interesados en conquistarla, así que pasaba de vez en
cuando que salíamos separados.
Ella me hablaba de sus amigos y nos reíamos de las tonteras que
intentaban hacer para llamar su atención, lo raro no me provocaba celos,
creo que de alguna forma notaba que no había un interés genuino de parte
de ella, menos si me buscaba para hablar y probablemente lo más
controversial o interesante eran esos temas.


