— Tienes que eliminar a esta persona.
— ¿Qué pasó?, ¿Por qué tenemos que liquidar a este personaje?, ¿No se supone que es una de las mejores personas del mundo?
— Jajajajaja, eres muy ingenuo Raúl. Tu no estás llamado para pensar en nada, despreocupate de las razones, ese no es tu trabajo. En diez días más él va a estar visitando a las autoridades francesas en París. Tenemos todo planeado para que puedas ejecutarlo ahí.Le entregaron los detalles del plan y se preparó para viajar. Ya en París se puso a trabajar para cumplir con su tarea. Tenía siete días para planificar cuidadosamente el asesinato, ejecutar y salir libre para volver a casa.
— Hola Amor!
— Hola?? Raúl??
— No, Francisco
— Francisco???
— Jajajajaja, soy yo, Raúl!!!, quería ver si adivinaba el nombre de tu amante, jajajajaja
— Idiota!!!!, jajajajajaja
— Qué haces?
— Por qué me escribes?, sabes que es muy peligroso
— Tranquila, tome todos los cuidados para poder chatear contigo sin problema, obviamente no te voy a volver a escribir por este número
— Cómo está Lili?
— Bien!!! por ahí anda dando vueltas, está feliz!!!, oye!, por favor cuídate, te necesitamos de vuelta
— Ufff, si amor. En esto nunca se sabe que puede pasar, lo siento. Pero estoy preparando todo con mucho cuidado para no fallar y estar allá contigo lo antes posible. Ahora necesitaba saber de ti, de Lili y sentirte un poquito más cerca
— Si, me encanta, me haces sentir bienEsa noche chateó con su mujer por horas, necesitaba esa cercanía con lo cotidiano, con lo que verdaderamente importa, para luego seguir con su trabajo. Al otro día en la mañana, salió a recorrer las calles por donde iban a pasar las caravanas que transportarían a su víctima. Necesitaba terminar de decidir dónde y cómo ejecutar su misión.
En una de las calles que recorría, recibió un golpe en la espalda, giró para ver qué lo había golpeado y vio a un niño correr en la dirección opuesta, tocó su bolsillo y se dió cuenta que le habían robado el celular. Corrió tras el niño, no podía perder ese celular.
— ¡¡¡Maldita sea!!!, pendejo de mierda. Como puede ser que un mocoso como este le robe a un delincuente como yo. Esto si que es mala raja.
Logró darle alcance al niño, lo tomó por la espalda y puso la punta de su cuchillo en el cuello del niño.
— ¿Estás solo?, ¿debo esperar que alguno de tus amigos me ataque por la espalda?, estoy armado niño, si me vuelves a sorprender esto se puede volver una carnicería.
— Estoy solo, calma. Por favor no me hagas daño.Tomó al niño de un brazo y puso el cuchillo contra uno de sus riñones.
— Niño, no hagas nada estupido. Ahora me vas a acompañar.
Caminaron a un café, entraron y se sentaron lejos de las ventanas.
— ¿Quieres tomar algo?, ¿Tienes hambre?
El niño no respondía, así que pidió chocolate, café y croissants.
— Calma niño, no ha pasado nada grave. Yo soy como tu. ¿Cómo te llamas?.
— Me llamo Olivier.
— ¿Qué edad tienes?
— Trece años.
— Muy bien Olivier. Ahora me puedes devolver el teléfono.El niño sacó de su bolsillo el teléfono y se lo devolvió.
— ¿Es verdad que te mueves solo para robar y asaltar?
— Si, no me gusta compartir las ganancias con nadie, yo soy más hábil.
— No tanto, no fue muy difícil pillarte. ¡Vamos!, come y tomáte tu chocolate.
— Usted, ¿cómo se llama?
— Yo me llamo Raúl.
— Usted no es Francés, ¿de dónde es?
— Yo soy Chileno.
— Los Chilenos tienen mucha fama de ladrones, ¿es verdad?
— Jajajaja, creo que sí. Hay harto bandido chileno. Sabes, creo que me puedes ayudar.
— ¿En qué?, ¿Cómo podría ayudarlo?
— Lo mejor es que no sepas nada, solo necesito un par de cosas menores y te puedo recompensar muy bien.
— ¿Cuánto es muy bien?
— Jajajaja, ¿digamos diez mil euros?
— ¡¿A quién tengo que matar?!
— Jajajaja, calma, no tienes que matar a nadie. Mira vamos a hacer lo siguiente. Toma, acá tienes un celular.
— Ese no es un celular, es un vejestorio, ya no se usan.
— Veo que tienes mucho que aprender, ahora no me interrumpas y presta atención. Este equipo lo debes mantener sin la batería y sin el chip, ¿ok?. Mañana te voy a llamar exactamente a las once de la mañana, ni un minuto antes y ni un minuto después, a las diez cincuenta y nueve debes poner el chip y la batería. En esa llamada te voy a decir donde nos encontraremos. Tienes entre ahora y mañana a las once para traerme esto que está anotado en el papel.
— ¿Qué es esto?
— Averigualo, no tienes mucho tiempo.
El Profesor



