— ¡Es verdad!, totalmente de acuerdo. El problema de la delincuencia está completamente desbordado en este país.
— No entiendo como las autoridades no hacen nada para detener esto.
— El otro día leí en un diario digital, una noticia de un asalto, ¡weon te lo digo!, ¡terrible!
— ¿Por qué?, ¿qué decía?
— Un tipo como a las cuatro de la mañana, venía en su auto de vuelta de una fiesta, pasó a echar bencina y lo asaltaron para quitarle el auto.
— Bueno, pero eso no es nada nuevo.
— No, lo terrible fue lo que le hicieron.
— ¿Qué le hicieron?
— Te cuento. Como te decía, pasó a echar bencina a una estación de servicio que le quedaba a la pasada de vuelta a su casa. Esas estaciones donde te puedes atender sólo.
— Dale, ¿y?
— Bueno, paró ahí, él iba sólo. Se bajó del auto, cargó su tarjeta y empezó a echarle bencina al auto. En ese momento apareció otro auto con cinco hombres arriba. Se detienen al lado del auto de él, se bajan y se dirigen a él. Esta persona, en el video se puede ver que sospecha que podrían asaltarlo, así que cuando están cerca, se ve que saca el pitón de la manguera y trata de rociarlos con bencina, los asaltantes atinan a alejarse para evitar que los bañara en bencina, mientras él se ve que busca algo en su bolsillo.
— ¿Habrá estado buscando un encendedor?
— No sé, porque en ese momento uno de los asaltantes lo ataca por la espalda y luego le caen encima todos para reducirlo. Le dan una paliza en el suelo, ¡te digo, terrible!.
— ¡Chuta que mal!
— Pero eso no es todo. Cuando la víctima no da más respuesta, dos de los asaltantes lo toman por la espalda, lo levantan y otro lo forza para meterle el pitón de la manguera en la boca, ¡weon se lo meten hasta la garganta!
— ¿Me estás weviando?
— ¡No weon!, después con el pitón en la garganta le descargan bencina pa adentro, hasta que la bencina le sale por la nariz y la boca.
— No puede ser, ¡puta que mal!, ¡sigue!
— Después de eso, le pegan con lo que parece una pistola en la nuca y se desmaya. Luego le quitan todo, billetera, celular y los zapatos.
— ¿Los zapatos?
— Sí.
— ¿Por qué?
— Ni idea, ¿habrá sido para evitar que los siguiera?
— Jajajajajajajajaja, ¡la wea absurda!
— Bueno, no sé poh weon.
— Ya ok, sigue.
— Ok. Los asaltantes se van con el auto y lo dejan tirado ahí. Al rato, se ve que reacciona y trata de levantarse, como tres veces pero se cae; a la cuarta se sostiene, pero caminaba muy mal. Después, el tipo camina hacia un hospital que está a cinco cuadras de esa estación.
— ¿Y cómo saben eso?
— Porque están los videos de las cámaras de las calles y de la entrada del hospital. Ahí se puede ver que caminaba en ese sentido.
— Ok. Al menos se ubicaba y tenía un plan para salvarse, qué bueno.
— Sí, bien igual, estar en esa situación y a la deriva, ¡Todo mal!. Bueno, el tipo caminaba, pero mal, muy mal, se caía a cada rato. En una de esas calles, se ve que se detiene contra una reja, me imagino que a tratar de recuperarse y en ese momento un auto para al lado de él.
— ¡¿A ayudarlo?!
— ¡No weon!, eran los asaltantes. Se bajan y le dan otra paliza.
— ¿Pero como?, ¡no se puede!, esa gente no tiene ni una moral. ¡Pero qué terrible!
— Pero nada, nada, el tipo después de un rato se vuelve a levantar.
— ¡Me estás weviando!.
— Weon no, él debe ser muy fuerte. Se para y vuelve a tratar de caminar en dirección al hospital. ¿Te imaginas? Después de todo eso, ¡¿nadie que te ayude?!
— En realidad estamos todos mal, ¡la sociedad se fue a la mierda!
— Al final se puede ver que como a las cinco de la mañana logra llegar al lado de la entrada del hospital, pero te digo al lado, y luego solo se puede ver que se desploma, o sea, se queda ahí, tirado.
— Pero bueno, ¡cuenta!, ¡¿y qué le pasó?!,
— Bueno, ehhh, ¡se le acabó la bencina!
— (Explotan en carcajadas) Jajajajajajajajaja, ¿es broma?
— Sí. Jajajajajaja y caíste redondito.
— Pero que, ¿lo inventaste todo?
— Sí, jajajajajajajaja.
— Jajajajajajaja, ¡maldito humor negro que tienes!, que rabia.
Delincuencia
